La crisis achucha también a la NASA. Inmersa en el proceso de liquidación del programa de transbordadores utilizados para acceder a la estación orbital internacional, la agencia espacial decidió sacar partido con la venta de los ordenadores utilizados en el proyecto. Solo que lo que prometía ser un paco alivio para las magras arcas de la Administración acabó convirtiéndose en una pesadilla por un olvido de impredecibles consecuencias, pero que amenaza con poner en un brete a la seguridad de la NASA. La institución puso a la venta los ordenadores, tal y como estaba previsto, pero un fallo de seguridad impidió que se procediese a la limpieza previa de la información contenida en las computadoras y en sus discos duros. Fue una «grave violación de la seguridad», según consta en la revisión realizada por la Oficina del Inspector General.
Del Centro Espacial Kennedy salieron 14 ordenadores que no habían superado las pruebas para determinar si habían sido depurados. De ellos, diez ya fueron vendidos, mientras que otros cuatro fueron localizados en el contenedor de un almacén donde estaban dispuestos para ser comercializados. Tanto de este centro como del Langley (Virginia) también salieron discos duros con información confidencial. Cientos, y quizás miles, de informes secretos quedan así expuestos a la luz pública. Pero este no es el único problema que se le presenta a la NASA. Según la inspección, estos ordenadores contenían las direcciones de protocolo de Internet (IP) de la agencia, lo que podría ayudar a los piratas informáticos a acceder a su red internacional. El informe de la inspección es demoledor: «Nuestra revisión halló varios casos en los que se habían violado las prácticas de seguridad de TI [tecnologías de la información] de la NASA que podrían llevar a la indebida revelación de información delicada relativa al programa de transbordadores».
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